De todas las cosas que alimentan mis ojos,
nunca vi algo tan peculiar,
de todos los campos y senderos, muchas como tú vi,
pero ni una que se le comparara con tu soledad
ni una tan valiente como tú,
cuando te enfrentas con el sol radiante,
tan perseverante como para abrirse en un reino de sequía.
Muchos senderos, muchas flores,
¡sí! como tú, como tu flor única,
aunque seas exactamente igual que las flores que lucen sus colores al viento,
más tú luces tu soledad
en medio de aquel desierto, que marchita y opaca tus colores,
aquel que a pesar de ser desierto;
te espera y te da gloria,
como si fueras hija de la misma sequía.
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