Sin importar nuestra edad...SOMOS TODOS NIÑOS y poseemos un tono especial en el que vibramos.
Ese color con que brillamos es la Luz que Dios nos regala como un don para iluminar este mundo.
Nuestra luz es intensa y es por ella que manifestamos nuestra esencia, fluimos y nos expresamos en, y por la Luz, pero hay etapas en que dejamos de fluir y nos convertimos en los que los demás esperan que seamos y es cuando nuestra luz se opaca y nos volvemos tristes… Nos estamos traicionando, no estamos usando el don que nos regalaron para ser únicos e irrepetibles. Dejamos de jugar y nos obligamos a cumplir con las tareas que la vida adulta nos impone.
Para volver a brillar tenemos que retornar al origen, recuperar nuestra esencia lumínica de hijos de la divinidad y por eso hay que reconciliarnos con nuestro niño interior. Los Ángeles pueden ayudarnos a recuperar la alegría que es el natural estado de los hijos de Dios y conectarnos con nuestra Luz…
Reemplacemos el trabajo por los juegos y entreguémonos a las risas y a la alegría porque es ahí donde volvemos a ser niños y nuestros Ángeles nos acompañan. Es nuestra parte niño la que es capaz de conectarse con el Ángel porque solo desde nuestro corazón podemos sentir esta compañía que nuestro cerebro se empeña en negar. Nuestro niño interior no cuestiona ni enjuicia… Nuestro niño interior tiene muchos amigos angelitos que juegan con él cada día...
Ese color con que brillamos es la Luz que Dios nos regala como un don para iluminar este mundo.
Nuestra luz es intensa y es por ella que manifestamos nuestra esencia, fluimos y nos expresamos en, y por la Luz, pero hay etapas en que dejamos de fluir y nos convertimos en los que los demás esperan que seamos y es cuando nuestra luz se opaca y nos volvemos tristes… Nos estamos traicionando, no estamos usando el don que nos regalaron para ser únicos e irrepetibles. Dejamos de jugar y nos obligamos a cumplir con las tareas que la vida adulta nos impone.
Para volver a brillar tenemos que retornar al origen, recuperar nuestra esencia lumínica de hijos de la divinidad y por eso hay que reconciliarnos con nuestro niño interior. Los Ángeles pueden ayudarnos a recuperar la alegría que es el natural estado de los hijos de Dios y conectarnos con nuestra Luz…
Reemplacemos el trabajo por los juegos y entreguémonos a las risas y a la alegría porque es ahí donde volvemos a ser niños y nuestros Ángeles nos acompañan. Es nuestra parte niño la que es capaz de conectarse con el Ángel porque solo desde nuestro corazón podemos sentir esta compañía que nuestro cerebro se empeña en negar. Nuestro niño interior no cuestiona ni enjuicia… Nuestro niño interior tiene muchos amigos angelitos que juegan con él cada día...
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